Elena Vigario

Dejar ir aquello que no puedes controlar

“Dejar ir aquello que no puedes controlar” es uno de los mantras que intento poco a poco interiorizar y aplicar a todos los aspectos de mi vida. Como ya habrás notado si padeces migraña, esta es una enfermedad impredecible. Es prácticamente imposible saber cuándo va a venir el ataque. Evidentemente, hay ciertos factores que sí que podemos controlar como ya hemos hablado en posts anteriores: sueño regular, evitar largos periodos de ayuno, reducir el estrés, eliminar alcohol y tabaco, etcétera, etcétera, etcétera. Aun así, hay días que cumplimos a rajatabla con nuestra rutina y el dolor aparece inevitablemente, mientras que habrá días en los que saquemos los pies del tiesto y la migraña no haga acto de presencia.

En otras palabras: los ataques de migraña son prácticamente incontrolables, y que aparezcan o no no está en nuestra mano. Ante un ataque de migraña, ya sabemos lo que sigue: faltar al trabajo, cancelar planes, desesperación...pero, sobre todo, al menos en mi caso, culpabilidad. ¿Podría haberlo evitado? Aunque mi mente intente convencerme de que sí, de que podría haberme ahorrado el mal trago, la realidad es que no. Es imposible controlar el dolor, al contrario de lo que algunos pretenden hacernos creer.

No podemos controlar lo que ocurre en nuestro cerebro cuando tenemos una crisis de migraña, como tampoco podemos controlar las consecuencias que esto conlleva: dejar cosas por hacer. No dejamos nuestra vida de lado por vagas o por flojas, sino porque realmente no podemos con ello. Y si hay alguien que alguna vez os diga lo contrario, incluso si sois vosotras mismas, no os lo creáis. Creedme que os conozco, porque en ese sentido sois igual que yo: perfeccionistas y autoexigentes, y si decís que no podéis, es de verdad porque no podéis.

Dejemos de intentar controlar lo incontrolable. Haz un par de respiraciones profundas. Todo está bien. Haces todo lo que está en tu mano, pero, por desgracia, hay una parte de nuestra vida de la que no somos dueñas. Por esa razón, deja ir aquello que no puedes controlar, y, aunque parezca una tontería, verás como muchas de tus preocupaciones desaparecen.