Elena Vigario

Aceptación

El otro día una de vosotras me preguntaba que qué podía hacer para gestionar mejor la migraña desde el punto de vista psicológico. Al principio me quedé pensando: ¿qué hago yo para sobrellevarlo mejor? Pero no me salía nada. Al final, hablando con mi psicóloga, la conclusión a la que llegamos fue que la clave es la aceptación. Aceptar que pasarás muchos días en la cama, que dirás que no a muchos planes, que perderás amigos, que suspenderás asignaturas, que faltarás al trabajo, que te sentirás incomprendida, que te sentirás diferente, que no podrás llegar a todo como te gustaría.

Sin embargo, hasta llegar a la aceptación, pasarás por muchas fases. Negación, frustración, enfado, desesperación...Es un proceso muy amargo y muy largo, y no es un camino de una sola dirección. No hay una serie de pasos a seguir para llegar a aceptar que viviremos el resto de nuestras vidas con una enfermedad altamente incapacitante en algunos momentos. Cada una tenemos nuestros métodos y nuestros trucos, que con el paso del tiempo vamos interiorizando y automatizando, hasta que un día te das cuenta de que ya no sufres más, de que no vives para la migraña, sino a pesar de ella.

Sí que es cierto que, probablemente, la clave para llegar a esa aceptación es tratarte con amor y compasión. Te pongo un ejemplo: si hoy tienes que hacer ocho cosas pero una crisis de migraña deja tu lista de tareas a la mitad, tienes dos opciones: por un lado, puedes fustigarte con el hecho de que no has completado lo que querías hacer, pensar que nunca llegarás a nada porque la migraña te impide llegar a todo lo que quieres, forzarte a continuar a pesar del dolor pensando que eso te hace fuerte, etc. Por otro lado, puedes mirar tu lista de tareas y focalizarte en aquello que SÍ has podido hacer, tomarte la medicación y tumbarte a descansar, como haría cualquier persona que no se encuentra bien.

Tú eliges cómo afrontas el dolor. A toro pasado todo somos Manolete, y para mí, que estoy mejor, es muy fácil escribir este post. Decirle a una persona que está sufriendo a causa de una enfermedad crónica “acéptalo”, es como decirle a tu amiga que acaba de dejarlo con su pareja “tía, no te rayes”. De hecho, si hace un año alguien me hubiera dicho que tenía que simplemente aceptar todo lo que me estaba pasando, le hubiera metido un calcetín en la boca. Pero es así, tan complejo y tan sencillo: aceptar, aceptar, aceptar. Y créeme que, si yo he podido, tú también puedes.