Una carta a mi migraña
(No tan) querida migraña:
Compañera de vida, amiga tóxica. Eres una lista de cosas malas que no terminaría de nombrar nunca. Te odio por cómo me haces comportarme, por lo que me haces decir y ser, por lo que me has robado y nunca nadie me va a devolver. Viajes, experiencias, gente a la que no he conocido, amigos que he dejado por el camino, asignaturas que no he aprobado, trabajos que he dejado, risas que no he reído, cervezas que nunca me van a emborrachar, fotos en las que no voy a salir, chocolate que no he disfrutado, queso que no he comido, noches que no he salido, kilómetros que no he corrido, abrazos que no he dado, besos que no he recibido, llamadas que no he hecho, planes que he cancelado.
Paradójicamente, no consigo odiarte. Y mira que lo he intentado, pero incluso cuando no me dejas dormir y me tienes toda la noche en vela dándole vueltas a la cabeza, no he sido capaz. ¿Por qué? Pues sinceramente no lo sé, porque motivos no me faltan, pero siento que sería odiar una parte importante de mí. Como odiar tus piernas o tu pelo. Además, no es solo que no consiga odiarte, sino que creo que te quiero, porque si bien me has quitado mucho, hay cosas que sin ti no habría vivido y no sería la persona que soy hoy.
He aprendido a pasar más tiempo conmigo misma y a conocerme mejor. Me has puesto al límite y me has demostrado que soy más fuerte y más capaz de lo que creía. He descubierto (o redescubierto) hobbies olvidados como la lectura o la escritura. Me has hecho ver que hay gente maravillosa dispuesta a darlo , incluso cuando tú misma no das un duro por ti. Me has hecho valorar cosas que antes no valoraba. Me has obligado a parar y a sentir, a escuchar lo que mi cuerpo necesita. Me has hecho paciente.
Al igual que nos metimos juntas en esto, juntas vamos a salir. Hoy por hoy, vas a ser mi compañera de vida y vamos a vivir dentro del mismo cuerpo. Así que, por favor, vamos a llevarnos bien.