La maldita productividad
La productividad está de moda. Es un hecho. Si no te levantas a las seis de la mañana, meditas, haces deporte, haces journal, desayunas tostadas de aguacate, trabajas, estudias, tienes vida social, lees y ves series y películas, todo esto con una sonrisa de oreja a oreja y un 100% de batería durante todo el día, no eres una persona válida. O eso es lo que nos venden las redes sociales con trends como el de "that girl" (si no sabéis de lo que hablo buscad "that girl routines" en YouTube).
Ya de por sí pretender hacer todo esto en un mismo día y repetirlo todos los días como si fuéramos robots, me parece algo totalmente utópico e inalcanzable, y que nos va a generar frustración porque probablemente no lo vamos a conseguir. No todos los días tenemos el mismo nivel de motivación, no todos los días hemos descansado bien, no todos tenemos las mismas circunstancias vitales. Si a esto le sumas que tienes una enfermedad crónica altamente incapacitante -en mi caso, migraña-, al nivel de malestar del dolor, le sumamos el peso de "no sentirnos suficiente", "no sentirnos productivos".
Sufrimos porque se genera una descompensación entre la vida que queremos -trabajar, estudiar, salir con amigos, o lo que sea que os guste a vosotras y que el dolor os impide hacer- y entre lo que podemos hacer -que muchos días, como me ha sucedido a mí hoy, se limita a estar tumbada en el sofá esperando a que pase la tormenta-.
En días como hoy en los que me veo obligada a parar mi vida para dedicarme tiempo a mí misma y a sanar, me siento inútil, siento que estoy perdiendo el tiempo. ¿Cómo voy a estar un lunes por la mañana tirada en el sofá viendo Netflix? ¿No será que soy una floja? Todas estas cosas tan feas son las que me digo.
¿Puede ser que yo misma esté infravalorando mi enfermedad? Puede ser. Y por eso hoy desde aquí lanzo un grito a todas las personas que os sentís u os habéis sentido como yo. Descansar también es productivo. Si tu cuerpo y tu mente no están bien, nada de lo que hagas va a estar bien. Ante una crisis de migraña, lo mejor que podemos hacer es mimarnos mucho para que lo único que nos duela sea la cabeza, y que el único malestar que tengamos sea el físico.
Cada una sabemos lo que nos viene bien. Si tienes que acostarte, acuéstate. Si tienes que faltar al trabajo, falta. Si tienes que dejar un trabajo de la universidad para otro momento, déjalo. No añadamos sufrimiento a nuestra ya de por sí difícil situación por la maldita productividad. No somos menos válidas por parar. De hecho, las personas con migraña a las que he conocido son las personas más fuertes con las que me he cruzado.